Bruno Del Giúdice, 1987, Resistencia (Chaco-Argentina). Vive y trabaja en Madrid.
Artista visual y diseñador Gráfico por la Universidad Nacional del Nordeste (Argentina) fue integrante del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (2018/2019). Ha realizado clínica de obra con Pablo Siquier, Andrés Labaké o Diego Figueroa. Ha expuesto de manera individual como colectiva en instituciones provinciales o nacionales como Museo René Bruseau (Chaco), Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Buenos Aires), Fundación el Mirador (Buenos Aires), Museo de Arte Contemporáneo MARCO La Boca, la Casa Nacional del Bicentenario (Buenos Aires) o Munar (Buenos Aires). Ha sido premiado en el Premio UNNE a las Artes Visuales, la Bienal Nacional de Rafaela (Santa Fé), Mención de Honor en el VIII PREMIO DE PINTURA Bancor (Córdoba), ganador del concurso nacional de OPERA PRIMA (Bs.As.). Así como ha sido becado por el Instituto de Cultura del Chaco, el Fondo Nacional de las Artes CCF (Colectivo Coleccionismo Federal) o el Programa FFAN a cargo de Cuahutémoc Medina, Santiago Villanueva y Alejo Ponce de León, entre otros.
En 2020 se muda a la ciudad de Madrid y co-crea La Calor un proyecto en torno a la serigrafía y edición gráfica. Participa en el proyecto Aragon Park (Madrid, 2021). Actualmente su trabajo puede verse en el EAC - Espacio de Arte Contemporáneo de Montevideo en el contexto de la Bienal Sur.
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A través de la pintura e instalación busco investigar el paisaje como un compendio de mundos comunes donde las ferias son espacios de resistencia. Lugares en los que a pesar de utilizarse las mismas mecánicas del sistema capitalista, en su réplica, hay un cambio de sentido. Es decir, los comerciantes que no son el público objetivo de compra de esos productos, copian la mecánica de transacción del mercado legal de marcas, vendiendo a sus pares un mundo espejo. Las nic, ribok y adios pasan a ser, no sólo una intención aspiracional de clase, sino la construcción de un paisaje inverso, símbolos que toman otro sentido. Vemos puestos desplegados mirando al horizonte, como quien mira la línea que separa la tierra del cielo en una pintura. El espacio continua creciendo infinitamente rizomático, contrario al sho- pping vertical.
Artista visual y diseñador Gráfico por la Universidad Nacional del Nordeste (Argentina) fue integrante del Programa de Artistas de la Universidad Torcuato Di Tella (2018/2019). Ha realizado clínica de obra con Pablo Siquier, Andrés Labaké o Diego Figueroa. Ha expuesto de manera individual como colectiva en instituciones provinciales o nacionales como Museo René Bruseau (Chaco), Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti (Buenos Aires), Fundación el Mirador (Buenos Aires), Museo de Arte Contemporáneo MARCO La Boca, la Casa Nacional del Bicentenario (Buenos Aires) o Munar (Buenos Aires). Ha sido premiado en el Premio UNNE a las Artes Visuales, la Bienal Nacional de Rafaela (Santa Fé), Mención de Honor en el VIII PREMIO DE PINTURA Bancor (Córdoba), ganador del concurso nacional de OPERA PRIMA (Bs.As.). Así como ha sido becado por el Instituto de Cultura del Chaco, el Fondo Nacional de las Artes CCF (Colectivo Coleccionismo Federal) o el Programa FFAN a cargo de Cuahutémoc Medina, Santiago Villanueva y Alejo Ponce de León, entre otros.
En 2020 se muda a la ciudad de Madrid y co-crea La Calor un proyecto en torno a la serigrafía y edición gráfica. Participa en el proyecto Aragon Park (Madrid, 2021). Actualmente su trabajo puede verse en el EAC - Espacio de Arte Contemporáneo de Montevideo en el contexto de la Bienal Sur.
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A través de la pintura e instalación busco investigar el paisaje como un compendio de mundos comunes donde las ferias son espacios de resistencia. Lugares en los que a pesar de utilizarse las mismas mecánicas del sistema capitalista, en su réplica, hay un cambio de sentido. Es decir, los comerciantes que no son el público objetivo de compra de esos productos, copian la mecánica de transacción del mercado legal de marcas, vendiendo a sus pares un mundo espejo. Las nic, ribok y adios pasan a ser, no sólo una intención aspiracional de clase, sino la construcción de un paisaje inverso, símbolos que toman otro sentido. Vemos puestos desplegados mirando al horizonte, como quien mira la línea que separa la tierra del cielo en una pintura. El espacio continua creciendo infinitamente rizomático, contrario al sho- pping vertical.
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2023 Bruno del Giudice . contact mail: brunodelgiudice.01@gmail.com